25 abril 2009

'El olvido' y '¿Dónde está Bin Laden?'



Avanza bien, muy bien, el Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia. Tras la inauguración con Fifty Dead Men Walking volvió a proyectarse La caja de Pandora, que ganó la Concha de Oro en el último Zinemaldia y que, como puede leerse aquí, mejora con un segundo visionado. Y qué sorpresa más agradable descubrir Ander, una película que prometía lo peor -una historia gay rodada en euskera en un caserío con actores vascos y producida por la consejería del defenestrado Madrazo- y que se revela como un título de lo más interesante dirigido por un realizador primerizo, Roberto Castón, a quien habrá que seguir la pista. Razón aquí y aquí.

Además del correcto reportaje After the rape, hoy sábado podrá verse una película divertida e interesante, Where in the world is Osama Bin Laden, y otra emocionante y perturbadora, El olvido. La primera la dirige Morgan Spurlock, el chalado zampahamburguesas de Super Size Me, y la segunda lleva el inefable sello de Heddy Honigmann, la responsable de esa joya documental titulada Forever.

Más información sobre ambos estrenos a continuación, pero antes, por favor, echen un vistazo bajo estas mismas líneas al inicio de El olvido, que es fabuloso además de impresionante. Verdad verdadera.



Un cóctel mal preparado

Origen. 2008. Origen. Holanda-Alemania. Dirección. Heddy Honigmann. Guión. Heddy Honigmann, Judith Vreriks, Sonia Goldenberg. Duración. 93 minutos.

EL último documental de Heddy Honigmann arranca con una secuencia brillante: un barman -que no lo sabe pero también es filósofo- describe la cruda realidad de Perú en los tres minutos que tarda en preparar un pisco sour, el cóctel nacional de su país. "En mis 50 años de bartender lo he mezclado para muchos presidentes. Cuando pienso en ellos veo la historia como un cóctel mal preparado, hecho con elecciones semidemocráticas, golpes de estado, terrorismo y corrupción".

No menos magistrales son las intervenciones de los otros protagonistas de El olvido , abnegados artesanos del oficio de vivir. Mientras un presidente tras otro va jurando su cargo "por Dios y los santos evangelios", el camarero Adolfo Chávez sonríe siempre a sus clientes, Mauro Gómez trabaja en su clínica de maletas, Daniel Gutiérrez teje las bandas presidenciales, Toño bate zumos de rana y la pequeña Estefanía hace piruetas en los pasos de cebra a cambio de unas pocas monedas.

Además de una nítida radiografía de Perú, el último artefacto poético-documental de Honigmann es sencillamente espléndido, hirientemente turbador. Duele escuchar las palabras del niño limpiabotas que dice no tener sueños ni recuerdos, pero reconforta -y asombra- la dignidad de casi todos los protagonistas; personas que sufren el olvido de sus gobernantes pero han plantado cara a la adversidad negándose obstinadamente a hincar la rodilla. Habrá quien les vea como perdedores pero ellos no se sienten derrotados.




'El olvido', un filme sobre "pequeños poetas y un par de grandes criminales"

En 2006 Heddy Honigmann presentó en el Zinemaldia Forever , una hermosa película rodada en el cementerio parisino de Père-Lachaise, y el año pasado regresó para inaugurar la sección Horizontes Latinos con El olvido , que esta tarde se proyectará de nuevo en el teatro Victoria Eugenia en el marco del séptimo Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia.

Para realizar este último documental, la directora peruana afincada en Holanda viajó de nuevo a su país natal. Su intención era contar la historia de una ciudad olvidada -Lima- y, por extensión, de un pueblo y un continente igualmente olvidados. Para ello dio voz a los que habitualmente no son escuchados, y con sus testimonios tejió un "homenaje poético" filmado en 30 días.

personajes inolvidables Por El olvido desfilan, entre otros personajes, camareros, propietarios de pequeños comercios, jóvenes acróbatas, cantantes ciegos, músicos callejeros y los presidentes Fernando Belaúnde, Alberto Fujimori y Alan García. "La película trata sobre pequeños y maravillosos poetas y sobre un par de grandes criminales", aseguró Honigmann en la rueda de prensa de ayer. Uno de esos "criminales" es el ex presidente Fujimori, que ahora cumple prisión por crímenes contra los derechos humanos. "Saldrá de la cárcel con cien años y quién sabe. Si se presenta a las elecciones quizá lo reelijan porque la gente ya habrá olvidado todo lo que hizo", ironizó la realizadora.

Los protagonistas de la cinta son, sin embargo, los ciudadanos peruanos, "pícaros a la hora de darle la vuelta a la moneda" y hacer de la necesidad virtud. Una mujer que perdió el trabajo y fue abandonada por su marido se confiesa feliz de vivir con su madre y su hijo, mientras que un hombre cuyo negocio de fabricación de maletas quebró se siente realizado al devolver la vida a objetos defectuosos. "Caí comercialmente, pero nunca me sentí derrotado", dice en el filme que ha producido la española Carmen Cobos, que también vive en Holanda.

El barman Jorge Kanashiro, uno de los personajes más poderosos del documental, desvela que su "venganza" contra los gobernantes fue añadir vodka al zumo de naranja que preparó para un presidente que después sufrió una caída en un acto oficial. "Fue mi pequeño golpe de estado", bromea con humor y una sonrisa que, como a la mayoría, le han permitido encarar el futuro sin perder la esperanza.




Looking for Osama

Año. 2008. Origen. Estados Unidos. Dirección. Morgan Spurlock. Guión. Jeremy Chilnick, Morgan Spurlock. Duración. 93 minutos.

TRAS experimentar en sus propias carnes los perniciosos efectos de la comida basura en Super Size Me (2004), Morgan Spurlock se echó al monte -de Oriente Medio- para intentar lo que no han conseguido la CIA ni el FBI: dar caza al terrorista más buscado. Where in the world is Osama Bin Laden? relata el hilarante periplo del director a Egipto, Marruecos, Palestina, Israel, Arabia Saudí, Afganistán y Pakistán.

Es gracioso ver al bufón Spurlock vestido con indumentaria árabe, montado en un camello o preguntando dónde está Bin Laden a todo el que se cruza en su camino. Sin embargo, el documental es una comedia muy seria que, con tono ligero, plantea reflexiones jugosas, desmonta prejuicios y ofrece múltiples testimonios para entender mejor el fenómeno del terrorismo islámico. Entre otros, se entrevista con partidarios y detractores de Osama, con ciudadanos anónimos, familiares de terroristas, judíos, palestinos, militares estadounidenses y campesinos de Tora Bora.

No destriparemos el final al señalar que Morgan Spurlock no logra hallar a su objetivo, pero al menos sí encuentra la respuesta a una interesante pregunta que en EEUU no suelen formularse. ¿Por qué nuestra política exterior es un excelente caldo de cultivo para el terrorismo?

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